Polytechnique: 20 años


El domingo 6 de diciembre se cumplen 20 años de un acontecimiento que de muchas maneras afectó y sigue afectando a la sociedad montrealense / quebequense: la masacre de la Escuela Politécnica. Por alguna razón que no acabo de entender, desde la infancia me han interesado siempre temas muy oscuros. Entre ellos, los asesinos en serie y en masa. Incluso mi tesis de la licenciatura en derecho giraba en torno a ese tema. Hace algunos años escribí un cuento sobre una masacre en una escuela secundaria. En fin. El hecho de que un ser humano sustituya el acto sexual por el homicidio violento (en el caso de los asesinos en serie) o el que bajo una percepción equívoca de la realidad explote y comience a matar a quien se le ponga enfrente (en el caso del asesino en masa) me han intrigado y he intentado encontrarles una especie de explicación. Al menos, para mí. A pesar de que han pasado ya 20 años de la citada masacre, la herida sigue abierta en esta ciudad que, aunque parezca cosmopolita, en algunos aspectos no deja de ser un pueblo bicicletero y grandote. En febrero de este año por terminar se estrenó Polytechnique (2009) de Denis Villeneuve, una película basada en algunos recuentos de la masacre. El filme causó cierta controversia entre los quebecos. Especialmente, entre quienes vivieron la masacre de cerca. Yo la fui a ver el día de su estreno en los cines del Quartier Latin en una función de media tarde y afuera de las salas estaba un equipo de reporteros de Radio Canadá recolectando con ansiedad opiniones de la gente. Me tocó la mala suerte de que me abordaran y les di un comentario balbuceante en mi oxidado francés. Lo cierto es que la película fue bastante respetuosa con el tema, nada sensacionalista. (¿Se habrían atrevido a hacer lo contrario? Por supuesto que no. No en este país ni en esta provincia. Menos si agregamos el factor género ya que la masacre de la Escuela Politécnica se detonó por sentimientos misóginos.) Finalmente, como sucede con la mayoría de las cintas hechas aquí en Quebec, su estrella sólo brilló localmente. Pero ahí queda como testimonio hasta ciento punto ficcionalizado de una masacre cuyo recuerdo continúa hiriendo el corazón de esta ciudad.