Terrorist Idol


Es quizás el colmo de la incongruencia. Además de un caso de la vida imitando a la ficción. Ahora causará risa; pero pudo haber terminado terriblemente mal.
La noticia de ocho esta semana en todo Canadá es que un complot terrorista fue frustrado por la autoridades. El objetivo era el parlamento en Ottawa. Los sospechosos han sido arrestados y la mayoría de los que habitamos en este país nos sentimos aliviados. Sin embargo, lo que más sorprende es la siguiente nota de la cual dejo el enlace. Es de Cyberpresse, sitio de internet del diario La Presse de Montreal. Resulta que uno de los sospechosos de planear este complot, Khuram Sher, hizo una audición para la sucursal canadiense del programa American Idol. Es decir, para Canadian Idol. El primer reality show musical es algo así como la versión gringa de La Academia.
A veces lo he visto (la versión gringa solamente) durante sus etapas iniciales en que transmiten las audiciones. Algunas, como es de esperarse, son infames y no niego que me divertían al darle rienda suelta a mi morbo viendo cómo algunos de los jueces (en especial, el británico Simon Cowell) destrozaban los sueños de estos aspirantes a estrellas. Por supuesto, después de eso, el programa era para mí aburrido y predecible. Dejaba de verlo hasta las audiciones de la siguiente temporada. Claro, sobra decir que a la versión canadiense no le di ni el beneficio de un minuto de mi atención. Está, la mera verdad, de vasta hueva.
Lo más delirante de la anécdota del paquistaní Khuram Sher, un sospechoso de terrorismo con antecedente tan vergonzoso como haber audicionado en Canadian Idol (y dicho sea de paso por completo incoherente con las que deberían ser sus creencias... ¿no que muerte a los infieles occidentales e imperialistas?) es que ya a alguien en la ficción se le había ocurrido algo similar. La película algo fallida de sátira que lleva por título American Dreamz (2006) lo demuestra. Se trataba de burlarse frontalmente del programa American Idol, de sus jueces, sus concursantes e incluso de cierto presidente gringo con perpetua cara de tarado. Un joven de origen árabe con talento muy limitado se codea con los finalistas del concurso y cuando los productores del programa deciden llevar al mismísimo presidente como invitado especial, algunos parientes radicales del muchacho le exigen llevar una bomba y auto-inmolarse asesinando así al mandamás del imperio. No está mal. Bastante graciosa; pero nada del otro mundo.
Lo que sí causó risa fue revivir la corta carrera de cantante del sospechoso porque el ahora conocidísimo Khuram Sher resultó ser pésimo en el canto. Ni por un camino ni por el otro obtuvo su harem de vírgenes. Lástima.

La prueba de la audición del sospechoso: http://www.youtube.com/watch?v=z_C83SiBKFA
El avance de American Dreamz: http://www.youtube.com/watch?v=DzAvT4ePcQQ