Hawkins, hecha en Dagenham


El año pasado la cinematografía británica pareció estacionarse en esas historias que llaman de la “vida real”. Por un lado la multicitada y muy nominada por el señor Óscar El discurso del rey. Por otro, mucho más humilde, menos conspicuo y quizás un poco más socialmente relevante, está Made in Dagenham (2010), dirigida por Nigel Cole —el realizador de Chicas de calendario (2003)— y protagonizada por la (para mí) gran Sally Hawkins.
Corre el año 1968. En Dagenham la planta manufacturera de la Ford es el sol alrededor del cual orbitan la mayoría de los habitantes de este suburbio londinense. Ahí trabajan, además de los hombres, 187 mujeres y lo hacen en condiciones deplorables, con un salario muy por debajo de sus esposos, novios o hermanos. Esto porque la compañía las ha catalogado como trabajadoras no calificadas. A pesar de que las mujeres se dediquen varias horas al día a coser los asientos de los autos. Será así como decidirán irse a la huelga. Su líder es un ama de casa ordinaria, madre de familia y esposa de Eddie O’Grady (Daniel Mays), otro trabajador de la planta. Ella es Rita O’Grady (Sally Hawkins) y por decisión de su jefe Albert (Bob Hoskins) y de todas sus compañeras se convierte en el rostro del movimiento. Pronto se hará evidente que si a las 187 mujeres les pagan mucho menos que a los hombres no es por sus aptitudes para el trabajo sino por su sexo. De inmediato la manifestación se torna reivindicatoria de los derechos laborales de la mujer.
Made in Dagenham además de su trasfondo social, es otra cinta más hecha a la medida de Sally Hawkins. A esta actriz británica la vi por primera vez en una adaptación televisiva del año 2007 de la novela Persuasión de Jane Austen. Supe su nombre no hace mucho cuando protagonizó La dulce vida de Mike Leigh. Desde entonces he notado su presencia incluso en roles secundarios de filmes del Reino Unido cuya proyección ha alcanzado el otro lado del Atlántico. Hawkins participó en Los inquebrantables (2007) o Cassandra’s Dream de Woody Allen, en Enseñanza de vida (2009), en una cosa muy rara y aburridísima sobre clonación humana de título Never Let Me Go (2010) y próximamente en una nueva adaptación del clásico Jane Eyre (2011). En Made in Dagenham, por ser la protagonista, Sally Hawkins vuelve a brillar tanto así que a algunos les ha extrañado que en los Estados Unidos no haya sido nominada para algún premio de mejor actriz. A su lado se hallan otros rostros ya bien conocidos de la cinematografía británica como Miranda Richardson, Rupert Graves y Rosamund Pike. A final de cuentas, este largometraje de Nigel Cole es un divertimento bien construido y mucho mejor actuado, uno con marcado mensaje social que quizás en algunos meses llegue a México. Por lo pronto, todavía no tiene ni título en español ni fecha de estreno para nuestro país.

El avance: http://www.youtube.com/watch?v=MCJ3Q_PcFI8