Paul Giamatti y su agradecimiento a Montreal


Me enteré a través de los noticieros locales de televisión —ya que como lo dije anteriormente no vi la ceremonia— que Paul Giamatti agradeció en parte su Globo de Oro de mejor actor de comedia a la ciudad de Montreal. Claro, los de los medios montrealenses suspiraron, se emocionaron y anduvieron propagando la noticia de que la palabra “Montreal” había figurado en un discurso de agradecimiento de la citada y muy hollywoodense entrega de premios. Giamatti —que se hiciera bastante famoso por su participación en Entre copas (2004)— elogió a la ciudad no solamente porque Barney’s Version (2010), la película gracias a la cual ganó, se haya filmado aquí sino también porque la trama es profundamente montrealense: casi toda la historia ocurre en la isla, la novela en la que se basó el filme es de un autor de Montreal llamado Mordecai Richler y por encima de todo esto el Barney del título es fanático de los Canadiens, el equipo local de hockey.
Barney’s Version (en España ya con el título de El mundo según Barney) se centra en la vida, los amigos, las aficiones y las mujeres de Barney Panofsky (Paul Giamatti). Cuando el espectador lo conoce se da cuenta de que Barney es un productor de televisión sesentón, amargado, chaparrito, gordo y políticamente incorrecto. Además, claro, de judío. Tiene una hija veinteañera (de su hijo está distanciado) y una ex mujer en Nueva York (casada en segundas nupcias con un hombre al que Barney atormenta por teléfono). Estando en su bar favorito de Montreal como esperando a que aparezca en la televisión el partido de hockey de esa noche, se le acerca alguien de su pasado: el detective O’Hearne (Mark Addy). Este hombre le regala con malas maneras el libro donde lo acusa de haber asesinado a Boogie (Scott Speedman), uno de sus mejores amigos. Excusa perfecta para el flashback. De repente estamos en Italia donde un Barney décadas más joven se reúne con sus amigos bohemios, entre ellos Boogie, para anunciarles que se va a casar con una embarazada Clara (Rachelle Lefèvre). Tras la boda, la tragedia invadirá pronto sus vidas cuando muy telenoveleramente les nazca un hijo negro a Clara y a Barney. No necesitará ni divorciarse de ella. De regreso en Montreal, Barney conocerá dentro de la comunidad judía a la que será segunda esposa (Minnie Driver), una mujer rica, superficial y parlanchina. Los roces con su nueva familia política no serán pocos ante la incómoda presencia de Izzy Panofsky (Dustin Hoffman), padre de Barney, policía retirado y cachondo de profesión. Es en su segunda boda donde Barney cae completamente enamorado. Y no de su novia judía sino de Miriam (una etérea, apacible y bellísima Rosamund Pike). Barney no cejará hasta conseguir aunque sea una cita con Miriam. Varios obstáculos se cruzarán en su camino entre rechazos, infidelidades, desaparición misteriosa de su amigo Boogie y, claro, un divorcio. Pero, aun al lado de Miriam y ya con dos hijos, Barney no dejará de enfrentarse a dificultades, algunas provocadas por su peculiar temperamento.
Barney’s Version reúne a un nada despreciable ejército de talento nacional y extranjero. En primer lugar, el productor Robert Lantos, uno de los más conocidos en Canadá (de ahí el hecho de que tres de los cineastas más premiados de este país —Atom Egoyan, Denys Arcand y David Cronenberg— hayan hecho apariciones especiales en la cinta). En segundo, el director Richard J. Lewis, más reconocido por su trabajo en la televisión estadounidense. En tercero, un reparto de actores de aquí, del otro lado de la frontera y de más allá del Atlántico (entre franco y anglocanadienses, gringos y británicos). En cuarto, el artífice de este relato, Mordecai Richler (1931-2001), cuya novela El aprendizaje de Duddy Kravitz fue destinada para una adaptación fílmica en 1974 teniendo como protagonista a Richard Dreyfuss.
El resultado no me hizo saltar de gusto, no. Pero en ningún momento me desagradó. Para pasar el rato bastante divertido, esto aguanta. Sin duda, buena parte del mérito del filme está en los hombros de Paul Giamatti que logra otorgarle un poquito de encanto a un personaje que en la realidad (y no en la ficción) se tornaría desde antipático hasta insoportable. Hay en Barney’s Version algo de humor negro, otro tanto de comedia ligera y una pizca de biografía picaresca. Aunque también contiene un mucho de falta de edición (la cinta dura más de dos horas). Tampoco creo que el carácter local del filme sea tan preponderante como para excluir a los espectadores de otras partes del mundo. Es cierto. Yo vi Barney’s Version en un cine de Montreal y la reacción de la audiencia fue muy favorable (casi todos se echaban un suspirito de aprobación cada vez que reconocían algún lugar más o menos emblemático de la ciudad). Sin embargo, no me parece que sea una experiencia cinematográfica para iniciados. Sin duda será disfrutable para un público más universal. De ahí quizás que ya le hayan caído algunos premios menores por parte de Hollywood. Eso sí. Para los premios, en algo ayudará tener a un protagonista gringo. Gracias de vuelta a Paul Giamatti. Barney's Version todavía no tiene fecha de estreno en México.

El avance: http://www.youtube.com/watch?v=XrUWjRONlEs